Eran los primeros días del mes de mayo de 2003. Ya para el 22 tenía
fecha para ir a las Islas Canarias para proseguir mi tratamiento en un lugar más
seguro y con más posibilidades de trasplantar. En esos días tenía muchos
sentimientos encontrados y a flor de piel. Habían pasado solo 6 meses desde mi
primera diálisis y como quien dice, salía de una de las partes más difíciles,
la adaptación.
En esos días entre bromas y
chistes, mis amigos de la sala de esos meses sabían que ya pronto me marchaba,
y yo aprovechaba a sacarles fotos, y desearles todo lo mejor. Esa mañana le pedí a una de mis
enfermeras, Sofía que nos tomáramos una foto con ella poniéndome la vía. Con
ella aprendí a llevar mejor el tratamiento y soportar muchas cosas. Enfermeras
como ella son las que en toda sala de diálisis hace falta, control, fuerza
mucho cariño.
Me puse en situación, y ella a mi
lado, otro compañero se dispuso a tomarnos la foto:
- ¡Prepárate! tomó mi brazo, colocó la aguja cerca de éste, yo sonreí, y
dijo, ¡listo! Mi compañero tomo la foto y ella
hizo la punción sin decirme nada, el dolor mezclado con la sorpresa fue mayúscula
para mí, ahí les dejo la foto para el recuerdo, creo que mi rostro dice todo.
Las bromas de la sala entera y
los compañeros aún retumban en mis oídos, fue una escena que jamás olvidaremos
y yo llevare en mi corazón siempre. Qué buenos tiempos, donde la
vida me enseñó que de todo lo malo podremos sacar algo bueno, y renacer de las dificultades.
Un abrazo al grupo
y espero que ésta, mi primera contribución al blog, los anime a seguir y contar
aquí sus experiencias.
¡Gracias Guerreros!
Omar Cruz
1-nov-2014
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