sábado, noviembre 01, 2014

HISTORIA DE SUSANA MEREJO

¡Hola! Mi nombre es Susana M. Merejo, nací en Santo Domingo, República Dominicana. Llegué a Puerto Rico en el 1989 en el 1994 empecé a sentirme mal, con los ojos hinchados, mal sabor en la boca, y no quería comer.  Un día una amiga me dijo que la acompañara al hospital a llevar a su mama, fue curioso porque en un momento dado me quité las gafas y ella me dijo, Maribel ¿qué te pasa?  Yo me sentí rara y le pregunté ¿porque tú dices eso? Me dio un espejo y cuando me vi los párpados de mis ojos estaban completamente hinchados. Gracias a Dios estaba en un hospital, el cual ella me dijo, “vete y sácate la sangre y que te hagan unos laboratorio”. Sin pensarlo dos veces lo hice. Mi creatinina estaba en 18, mi cuerpo estaba totalmente intoxicado. Nunca pensé que de acompañar a una amiga al hospital era yo la que saliera de allí en ambulancia para el Centro Médico de Mayagüez. Cuando el Doctor me dijo que yo tenía fallo renal terminal,  fue como si me dijeran en ese momento TE ESTAS MURIENDO. Al escuchar la palabra terminal imagínense lo que uno piensa.  Estuve nueve años en hemodiálisis y les digo la verdad, para mí no fue nada malo, tampoco le puedo mentir y decirle que al principio fue bueno, pues ya saben depresión, ¿por qué a mí?, no fumo, no bebo, no uso droga y muchas cosas más en mi mente. 

Pero con el paso del tiempo ya me fui adaptando conocí personas maravillosas, enfermeros comprometidos con la salud del paciente, familiares no, pues como dije soy dominicana y toda mi familia estaba en Santo Domingo pero eso sí, siempre agarrada de la mano de mi Dios. Estaba casada pero como si no lo estuviera. Mi esposo nunca me acompañó a un tratamiento de hemodiálisis, tampoco a ninguna operación cuando se me tapaba el gortex(injerto) y prefirió comprarme un carro para que me fuera a diálisis sola.  

Mientras estuve en diálisis me fui a estudiar, estudié repostería y electricidad en la escuela Vocacional de Mayagüez Pedro Perea Fajardo. En el 2004 recibí esa llamada tan esperada por nosotros para recibir un trasplante imagínense esa emoción, pues estaba en la lista de Auxilio Mutuo y en Texas, cuando me dicen que es de Texas yo por poco infarto. El doctor sólo me pregunto ¿usted es Susana M. Merejo? Le respondí “sí señor”, ¿En cuánto tiene usted la hemoglobina? “En 13.6”, ¿Está usted tomando  antibióticos? ¡NO!  Lo único que escuche después fue sale un vuelo a las 5:00 de la tarde y llega aquí a las 9:00 de la noche para ser trasplantada mañana. Yo me quede muda, fría, quería llorar, reír o no sé qué cosa, cuando le dije a mi esposo no lo pensó dos veces, como siempre estaba yo como las mujeres embarazadas con mi maletita preparada, nos fuimos al aeropuerto. 

Cuatro horas de vuelo que me parecieron eterna, llegue allí y ya me estaban esperando en el aeropuerto yo viendo algo totalmente nuevo, no sabía mucho inglés, me sentía extraña pero con mucha fe. Llegue al hospital, llegaron los doctores. Recuerdo al Doctor Castillo, Puertorriqueño que me dijo, ¿Dónde está tu familiar? Me asuste ya que me había ido sola. Lo único que se me ocurrió decirle fue, “está allá arriba.” Él me dice ¿en la cafetería? Le digo “no, más para arriba”. Me dijo “ustedes desde que llegan aquí están visitando a los otros pacientes que ya saben que están aquí”,  le conteste “no, mi familiar está más arriba”, el cual me miro con asombro y me dijo “entonces dime ¿con quien tu viniste mujer? “Pues yo vine con el único que me hace falta en estos momentos, con Dios, quien es que va a usarlos a ustedes de intermediarios para el hacer su labor”. Todos los doctores se miraron y me miraban, luego me preguntaron que, si pasaba algo en sala de operación que ¿a quién iban ellos a llamar? Yo les dije “usted no se preocupe que no va a pasar nada”.  

Mil gracias a mi Dios hoy día llevo diez años trasplantada de riñón.   Llegando a Puerto Rico me fui a estudiar, a terminar mi cuarto año pues en los nueve años de diálisis  nunca pude estudiar ya que estaba más tiempo en el hospital que en mi casa. Termine mi cuarto año en la escuela Inés María Mendoza de Cabo Rojo, me gradué con honor y fui la maestra de ceremonia de mi clase graduanda. De allí me fui a estudiar a PONCE PARAMEDICAL COLLEGE, Mejor conocido como POPAC. Estudié Técnico en Farmacia, también me gradué Summa Cum Laude. Ahora trabajo como voluntaria de Life Link de Puerto Rico, fui modelo de su calendario 2013.  A pesar de ser recipiente de un riñón también soy donante, ¿porque no? Si alguien sin conocerme me ayudo a tener una mejor calidad de vida, porque yo no hacer lo propio. 

En estos momentos, vivo aquí en Long Island, New York. Estoy felizmente casada casualmente con un trasplantado de riñón también. Solo me queda decirles a todos mis amigos que aún están en Hemodiálisis que no desesperen, sé también que no es fácil, pero todo es a tiempo de Dios. También piensen por un momento nada más que ahora mismo hay muchas personas jóvenes en una silla de ruedas, en una cama postrados, siendo atendidos por otros, ya que ellos no pueden valerse por sí mismos. ¿No darían ellos cualquier cosa por estar en su lugar? Ustedes pueden caminar, hacer cosas que ellos quisieran y no pueden, entonces GUERREROS VAMOS PA’LANTE, PARA ATRÁS NI PARA COGER IMPULSO.  Espero que mi historia les sirva de aliento y les haya gustado. 

¡Dios me los bendiga siempre!


Susana M. Merejo
New York, Estados Unidos

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Sobre la autora:

Skorpya

Autora & Editora

Maestría en Tecnología Informática de la Educación. Coordinadora de Redes Sociales. Administradora del grupo Sí, soy Paciente de Diálisis creado en el 2008. Paciente renal desde el 1989, actualmente en hemodiálisis. E-mail: SiSoyPacienteDeDialisis@gmail.com , Youtube: http://ow.ly/PvFBV


Este espacio lo he creado en conjunto con otr@s pacientes renales para mostrar que tener nuestra condición NO significa que todo acabó. Es una nueva vida,

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